jueves, 18 de octubre de 2012

Parador Fuente Dé



Si, otra vez emprendemos camino… una famosa frase dice así: “El mundo es como un libro abierto, y quien no viaja, solo ha leído la primera página”. Hagámosle caso y viajemos.
Nuestro destino se encuentra a 400 kilómetros, aunque hay que tener en cuenta que los últimos 100 kilómetros se complican, lo que hace que el viaje en coche se alargue hasta algo más de 5 horas.
Nos dirigimos a un lugar donde, aunque parezca mentira, termina la carretera… sí, llegados a un punto, el camino construido por el hombre culmina impotente ante una majestuosa construcción caliza de más de 2.000 metros de altura. Nos vamos a un lugar impresionante de la geografía española, los Picos de Europa.
En esta ocasión, pararemos en el Parador de Fuente Dé, aunque la zona es rica en alojamientos preciosos y de muy alta calidad por lo que no os resultará difícil encontrar un buen alojamiento. El destino es un lujo para los sentidos.
Desde Madrid podéis optar por coger la carretera de la Coruña o la carretera de Burgos. En ambos casos, lo más rápido es ir hasta Cervera de Pisuerga, donde a través de la carretera CA-184 llegaréis a Potes, subiendo el puerto de Piedrasluengas de unos 1.350 metros de altitud (tenéis que parar en su mirador, desde donde podréis disfrutar de unas maravillosas vistas de Picos de Europa). Siendo así, la única diferencia entre una u otra opción estaría en los 10,55 € del peaje de la AP6. Como opción alternativa al puerto de Piedrasluengas (son muchos kilómetros por carretera de montaña) no os salgáis de la  A-67 a su paso por Cervera de Pisuerga y continuar por la misma dirección Santander. De esta manera llegaremos a Potes tras pasar por Unquera y Panes y como no, por el famoso “Desfiladero de la Hermida”… pocos adjetivos pueden describir la belleza del lugar, aunque quizá sean los 20 kilómetros más difíciles en los que he tenido que conducir.
 Una vez en Potes  restarán únicamente 23 kilómetros hasta Fuente Dé por la carretera CA-185.
El Parador de Fuente Dé es de los pocos hoteles de la red de Paradores que aún no han conseguido las cuatro estrellas, pero quien necesita una estrella, con los colosos que tiene como guardianes.  La ubicación del hotel es inmejorable, a los mismos pies de los Picos de Europa.
El hotel es el típico refugio de montaña, donde priman por encima del resto de materiales, piedra y  madera. No es difícil verse en uno de sus cálidos salones, viendo caer la nieve sobre la ladera de la montaña, con la única, pero excepcional compañía, de un buen libro y un humeante tazón de café.
Las instalaciones del hotel no son muy grandes, ya que es un edificio de tres alturas, con dos alas de habitaciones, diversos salones pensados para cobijarse del frio invierno y el restaurante principal donde poder degustar su famoso cocido lebaniego.
Como os he comentado,  la ausencia de una cuarta estrella no se deja notar en las habitaciones ni por tamaño ni por comodidad.
El suelo, como en todo el resto del hotel, es de madera, lo que da a la habitación una magnifica sensación de calidez. La habitación tendrá unos 30 metros cuadrados, al que añadir un gran baño…  si bien, en mi opinión, lo mejor de la habitación lo encontramos tras una puerta acristalada que nos separa de una generosa terraza donde deleitarse durante horas con la visión imponente de las montañas y el sonido del silencio más absoluto… tened en cuenta que no todas las habitaciones tienen ésta terraza  y que no todas las habitaciones están orientadas hacia las montañas, por lo que poned especial celo a la hora de solicitar la habitación.
El hotel dispone de aparcamiento tanto al aire libre como cubierto. En la mayor parte de las épocas, el parking al aire libre es perfecto, pero si váis en época de nieves, os recomiendo tener el coche ha cubierto ya que de lo contrario es probable que al día siguiente esté sepultado.
El Parador se encuentra al lado de las instalaciones del teleférico que os llevará a la cima de nuestros poderosos vecinos… Una de las principales actividades de la zona es el ascenso al Mirador de Áliva. Los más osados pueden optar por hacer el ascenso a pie, aunque por 9,50€, solo ida, o 15€, ida y vuelta, el teleférico os llevará hasta el mismísimo mirador…  estar colgado de un simple cable a cientos de metros de altura tiene su gracia, por lo que os recomiendo que subáis con el teleférico y hagáis el descenso caminando… os espera un precioso recorrido de 16 kilómetros  por uno de los lugares más bellos del país.
Si desde el punto de vista de la situación, nuestro destino es impresionante, no queda a la zaga gastronómicamente. La zona que nos hospeda en esta entrada tiene una rica presentación gastronómica: cocido lebaniego, fabes con almejas y carnes de vacuno, cordero y cabrito serán los protagonistas de la mesa.
Pero empecemos por el principio, el desayuno del Parador. Después de visitar diversos Paradores, el desayuno es lo único que en todos ellos ha mantenido el nivel de calidad exigible, por lo que en esta ocasión me limitaré a decir, que no hay nada nuevo que decir…
Os voy a hablar de tres sitios… dos buenos y uno pésimo… parece increíble que en un sitio donde se come tan bien, sea posible encontrar un lugar tan horrible… creo que mejor empezar por el  malo para terminar con buen sabor de boca…
Pues bien, el lugar en cuestión se halla en la localidad de Comillas… su nombre es  Restaurante El Picoteo… y la comida, el servicio e incluso el precio, si tenemos en cuenta las dos variables anteriores, son pésimos, por lo que, teniendo en cuenta que la ciudad es muy turística y tiene multitud de restaurantes, no os decantéis por éste.
En el lado contrario, puedo recomendaros el restaurante La Serna. Se encuentra justo a la entrada de Potes, según venimos desde Fuente Dé. Tiene una terraza en el exterior y dentro un amplio comedor, muy acogedor. El menú está muy bien. Mucha diversidad de platos a un precio de 11 €. Recomendaros… la fabada en cazuela de barro, el cocido lebaniego, cualquiera de las carnes… un sitio muy recomendable para comer un buen menú del día a un precio razonable.
Y para el final, la joya de la corona… a Fuente Dé únicamente se puede llegar desde Potes… en menos de 10 minutos, a escasos 5 kilómetros de Potes,  en Cosgaya, se encuentra un lugar que, desde el primer momento, me enamoró… cuál sería mi sorpresa posteriormente cuando descubrí que se trata de uno de los restaurantes más reconocidos de  Cantabria… Hotel el Oso… solo sentarse en su terraza a degustar un café en la más absoluta tranquilidad es un placer… pero sentarse en su comedor a degustar una de sus cenas, me va a resultar difícilmente descriptible… empezando por un acogedor salón de montaña… seguido por un servicio exquisito, profesional, cercano, amable, familiar… y terminando por unos platos que poco o nada tienen que envidiar a los servidos por Carme Ruscalleda… cualquier de los platos que encontréis en su carta, hará las delicias del más exigente de los comensales… para el final, la peor parte… pagar… ni siquiera ese momento os amargará una deliciosa velada.  
Espero que os guste…